Todo empieza a las cinco, a las cinco y media o a las seis de la manana, dependiendo del dia, o de la noche. A esa hora me bano, me visto, hago mis ejercicios, y medito, si todo sale bien, incluso medito! Preparo el cafe, dos tostadas con queso y miel y las loncheras de las ninas. Saco los uniformes, alisto los maletines, pongo los zapatos y los abrigos en la puerta, y, entonces si, levanto a las ninas. Que es donde, en realidad, todo empieza:
Por lo general, faltando un cuarto para las siete prendo las luces muy muy bajitas y me meto en la cama con ellas. Empiezo a acariciarlas, a darles besitos y los buenos dias, y ellas empiezan a moverse, y a quejarse, hasta que alguna de las dos abre los ojos. Entonces, les doy de nuevo los buenos dias: "buenos diiiiiias, por la mananita!!! Es hora de levantarse y estiraaaaaarseee...!"
En esta epoca del ano, y mas o menos hasta Mayo, la mas chiquita siempre se levanta llena de mocos; la grandecita, de vez en cuando, de mal humor. Ahi es cuando aprovecho para acomodarles las almohadas y ofrecerles, con mis mejores animos y sonrisa, un tetero de leche y veinte minutos de Max and Rubi; a lo que generalmente reaccionan bien. Entonces, espero que se terminen de despertar y mejoren de humor, y me acerco, tacticamente, con los vestidos... a esto ultimo, la chiquita generalmente responde: "I dont want to go to school", or, "I never want to go to school again mommy... I want to stay with you"... Por lo cual, en mi tono de voz mas seguro y con toda tranquilidad y confianza, intervengo: "yo se que ahora no tienes ganas de ir al colegio, porque te acabas de despertar, lo que necesitas es estiraaarte, asiii asiii, y me estiro yo tambien, mucho mucho!!! Vas a ver que te van a dar ganas de ir al colegio y que vas a pasar un lindo dia".
Mientras tanto, los minutos siguen corriendo, el reloj no se detiene, nunca jamas! Todo lo contrario, anda mas rapido. Por lo tanto, me retiro nuevamente y alisto, en el bano, los cepillos de dientes, las colitas, los ganchitos, los banquitos, y todo lo demas que voy a necesitar, alla, en nuestra proxima estacion.
Regreso a donde las deje y empiezo, entonces si, a vestirlas. Finalmente, y a lo largo de toda clase de interrupciones que sorteo con entusiasmo, quedan listas. Ya se han tomado los teteros y Max and Rubi se ha terminado y de un brinco a mis brazos, pasamos al bano, donde obviamente surgen toda clase de inquietudes, en relacion a los peinados, por ejemplo. Con muuucha paciencia, alli tambien acabamos todos nuestros cometidos, exitosamente. Del bano a la puerta no hay mas de diez segundos: diez pasos contados en linea recta, que inevitablemente se transforman en varios minutos, todos los dias, en la diligencia de buscar algun muneco extraviado, o cualquier otra vuelta. Asi, eventualmente, nos ponemos los zapatos y los abrigos y, eureka! atravezamos la puerta. Por supuesto, no falta el dia que se nos queda la lonchera o que alguien necesita regresar al bano o sacar algun juguete olvidado, razon por la cual, debemos devolvernos. Una vez ejecutada la diligencia en cuestion, pasamos de nuevo por la puerta.
Cuando por fin nos encontramos todas, o todos, bajando las escaleras del edificio, se siente cierta satisfaccion y sensacion de paz que solo se interrumpe levemente en el garage, cuando en lugar de subirnos al carro, tenemos deseos de correr en el patio o montar en bicicleta. Quien no? me pregunto yo; pero incluso esa situacion la sorteamos exitosamente con el ultimo suspiro de paciencia, y todas llegamos a nuestros puestos correctos, en el automotor. Cada una en su silla, con su cinturon de seguridad abrochado. En el tiempo que me toma espichar un boton, se abre la puerta del garage y empezamos a ver la ciudad al despertar: los ladrillos de las edificaciones recien amanecidos, las hojas de los arboles despertandose, el asfalto de la carretera ya barrido, la gente, las bicicletas, los buses y los demas carros, todo, pasando a lo largo de nuestras ventanillas, al ritmo tranquilizante de la radio mananera.
La ultima parada es en el colegio, alli donde nos desabrochamos los cinturos y estiramos los vestidos, para caminar erguidas hacia la puerta, atiborradas de loncheras y maletines. Alli, donde saludamos, sonreimos, damos los buenos dias y contemplamos toda la faena, con los ojos, todavia ligeramente humedos e inflamados.
Yo no se que este haciendo bien y que mal, pero yo se, que todos los dias, me levanto con la unica intencion de hacer lo mejor que puedo. Y asi lo hago. Y cuando termino, satisfecha y extenuada, tengo la sensacion de haber llegado, al ultimo minuto, de mi primer "full time job" del dia.
Victoria!